NAUSEAS Y VÓMITOS
Las náuseas y los vómitos continúan siendo en la actualidad uno de los efectos secundarios más temidos por los pacientes que reciben tratamiento con quimioterapia. En los últimos años, el control de esta toxicidad ha mejorado notablemente dada la aparición de los denominados fármacos antieméticos que actúan en el control de estos síntomas. Además, también ha contribuido en su mejor control el añadir a la quimioterapia la denominada “pre-medicación”, cuyo objetivo es entre otros la administración de fármacos antieméticos para prevenir su aparición y/o disminuir su intensidad. Aún así, cerca del 50% de pacientes que reciben quimioterapia van a presentarlos en distintos grados, lo que influye en la calidad de vida de los pacientes y obliga en ocasiones a posponer e incluso suspender el tratamiento.
Su adecuado manejo es muy importante ya que de lo contrario pueden aparecer complicaciones como deshidratación, desequilibrios electrolíticos, desnutrición, etc.. Existen distintos factores que van a influir en el riesgo emetógeno de un determinado protocolo de quimioterapia:
- Factores en relación con el paciente. Como son la edad (más frecuente en personas más jóvenes), sexo (más en mujeres), el tomar además otros fármacos que también pueden producir náuseas y vómitos (como por ejemplo los opioides), alcoholismo (los pacientes con hábito enólico suelen tener más náuseas y vómitos), órgano al que afecta el tumor (estómago, hígado, cerebro), estreñimiento.
- Riesgo emético de los fármacos quimioterápicos
Tipos de náuseas y vómitos:
- Agudos: son los que aparecen desde los primeros minutos de la quimioterapia hasta las 24 horas después del tratamiento
- Diferidos o retardados: Ocurren a partir de las 24 horas de administración de la quimioterapia y pueden durar hasta 6-7 días. Su incidencia es aún mayor que los agudos (aparecen en cerca del 40% de los pacientes)
- Anticipatorios: Aparecen en pacientes que han presentado náuseas y/o vómitos severos durante ciclos previos de quimioterapia, en los que los estímulos visuales, sonoros e incluso los olores de la clínica o la propia ansiedad, pueden servir como factor desencadenante y provocar las náuseas y/o vómitos..
Graduación de la toxicidad emetógena según el NCI (National Cancer Institute)
Grado 1: 1 episodio en 24 horas
Grado 2: 2-5 episodios en 24 horas
Grado 3: 6 ó más episodios en 24 horas: se indica la administración de líquidos Intravenosos
Grado 4: Consecuencias potencialmente mortales.
Tratamiento de las náusea y los vómitos
La administración de fármacos antieméticos con objetivo de prevenir su aparición es muy importante con la denominada premedicación previa a la administración de la quimioterapia y debe continuarse durante todo el tiempo que existe probabilidad de que la quimioterapia administrada induzca vómitos. Existente distintos fármacos:
- Antagonistas de los receptores de dopamina: Actúan a nivel cerebral sobre la zona “quimiorreceptora”. Son los fármacos más empleados.
- Fenotiacinas: Clorpromacina, tietilperazina, perfenacina
- Butirofenonas: haloperidol
- Benzamidas: metoclopramida
- Antagonistas de los receptores serotoninérgicos: Ondansetrón, granisetrón, palonosetrón…
- Corticoesteroides: Utilizada sobre todo en la premedicación por sus efectos secundarios con su uso crónico. Aporta además una sensación subjetiva de bienestar. Pertenece a este grupo la Dexametadona
- Antagonistras de la sustancia P: Más útiles en el control de las nauseas y vómitos diferidos. Pertenece a este grupo el Aprepitant
- Benzodiacepinas: no tienen actividad antiemética intrínseca, pero se han demostrado útiles en combinación y especialmente como prevención en las náuseas y vómitos anticipatorios.
Consejos para los pacientes
- Se debe asegurar la nutrición durante los días de la quimioterapia, aunque no tenga apetito o sienta miedo por las nauseas. Lo mejor es realizar comidas ligeras antes de la quimioterapia.
- Los tratamientos quimioterápicos suelen administrarse en los hospitales de día, en ocasiones durante varias horas. Se recomienda llevar comidas ligeras o refrigerios.
- La quimioterapia produce en ocasiones cansancio, por lo que se recomienda descansar y hacer comidas nutritivas.
- Intente comer con frecuencia y en pequeñas cantidades en lugar de tres comidas abundantes. Es bueno añadir calorías o proteínas adicionales a los alimentos, los complementos alimenticios pueden ser útiles. Pruebe varios, encontrando el que le sea más agradable.
- No forzarse a hacer comidas abundantes o con muchas calorías. En ocasiones puede ser difícil comer. Se recomienda tomar el alimento que le sea más apetecible en cada momento, más adelante ya hará comidas más adecuadas.
- No coma a la fuerza, en los días siguientes se normalizará el apetito.
- Hay momentos del día en los que sentirá más apetito y le será más fácil comer mejor, aprovéchelos (frecuentemente durante el desayuno)
- Pida ayuda a familiares y amigos para realizar las compras de alimentos y preparar las comidas.
- Las nauseas y la pérdida de apetito mejorará cuando finalice el tratamiento quimioterápico. Si persisten comuníquelo a su médico.
- Se toleran mejor los alimentos fríos o a temperatura ambiente.
- Mantenga una correcta higiene bucal, limpie los dientes tras cada vómito.
- No consuma bebidas alcohólicas, ni tabaco y limite las bebidas gaseosas, durante el tratamiento pues favorecen las nauseas.